El singular emplazamiento de la villa de Cadaqués hizo que los cadaquesenses miraran y vivieran siempre de cara al mar. La aparición de la filoxera en las últimas décadas del siglo XIX propició un espectacular incremento de la emigración a Cuba. Y fueron estos indianos quienes hicieron construir algunas de las casas situadas en el paseo marítimo. La mayoría [...] llegir més
El singular emplazamiento de la villa de Cadaqués hizo que los cadaquesenses miraran y vivieran siempre de cara al mar. La aparición de la filoxera en las últimas décadas del siglo XIX propició un espectacular incremento de la emigración a Cuba. Y fueron estos indianos quienes hicieron construir algunas de las casas situadas en el paseo marítimo. La mayoría son de estilo modernista y destaca la casa Serinyana, o casa Blaua. También son importantes los edificios ochocentistas como la casa Rahola, y el Casino la Amistad, la Casa Colón, Can Costa... Josep Pla, que creó el personaje del americano cadaquesense Pairim, escribía en su libro Cadaqués sobre la época americana del municipio: Las casas se amueblaron con objetos traídos de todos los lugares de la tierra y la población tuvo un sello inconfundible, único, personalísimo. Este aire todavía se respira gracias a la voluntad de los cadaquesenses de hacerlo perdurable, como en el casino la Amistad, en el Café de La Habana o en la Feria de los Indianos que se celebra cada año. Hasta hace poco aún vivían en el pueblo los protagonistas de la última ola migratoria en Cuba, embarcados a principios del siglo XX y devueltos en los años 60 con el Triunfo de la Revolución. Olas anteriores de americanos, mayoritariamente huidos de la filoxera, habían hecho fortuna en Cuba, especialmente en oriente: Santiago, Sancti Spiritus, Victoria de las Tunas y también en Argentina.