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Los indianos

Los indianos / Las habaneras

Las habaneras

¿Has escuchado alguna vez una habanera? Quizás te suena una que cuenta la historia de un abuelo que se fue a luchar contra los americanos durante la guerra de Cuba. Esta canción se titula "El meu avi" y es del compositor José Luis Ortega Monasterio, pero hay muchas más y también otros compositores que han escrito habaneras.

El origen de las habaneras

Ahora la gente va a las cantadas de habaneras a escuchar los músicos como cantan e interpretan estas canciones. Pero, en origen, en Cuba las habaneras no eran cantadas sino que los músicos las interpretaban para que el público las bailara. El origen de la habanera, pues, fue un baile de salón llamado contradanza cubana. Este baile nació en Inglaterra, pasó a Francia y luego a España donde los comerciantes de la metrópoli la llevaron a Cuba. En la isla, los músicos cubanos modificaron la contradanza y, a lo largo del siglo XIX, incorporaron la música de los esclavos negros y cambiaron el ritmo. Este fenómeno, llamado criollización, dio lugar a lo que hoy conocemos como habanera.

La habanera llega a Catalunya

Los indianos no crearon las habaneras ni tampoco fueron los principales responsables de que estas melodías llegaran a Catalunya, aunque también las cantaban. Cuando las habaneras llegaron a Catalunya no eran conocidas así sino que recibían el nombre de americanas. Se difundieron a través de dos vías: la zarzuela y los pliegos de caña y cordel.

Los pliegos de caña y cordel eran unos impresos donde se contaban hechos, se narraban historias fantásticas y se recogían las canciones de moda. Se llamaban así porque en origen formaban un pliego, es decir, un folio plegado, que se colgaba de una cuerda o cordel en las plazas o lugares públicos de los pueblos. Eran bastante baratos y las clases más humildes también los podían comprar. Los vendedores de los pliegos eran ciegos que, para que la gente comprara sus hojas, contaban en voz alta las historias o cantaban las canciones que contenían.

La zarzuela era un espectáculo muy popular en el siglo XIX en toda España, como hoy lo pueden ser, por ejemplo, la televisión o el fútbol. En las zarzuelas los actores cantaban canciones y interpretaban un papel a la vez. Dicho de otro modo, era como una mezcla de teatro y de ópera. Entre las piezas que cantaban los artistas había habaneras, que el público escuchaba y luego cantaba en casa y en los cafés. En la zarzuela, sólo tenía acceso la gente con más recursos, que podía pagar las entradas a los teatros.

 

Las diversas maneras de cantar

En varias zonas de España se han cantado y se cantan habaneras, pero de manera diferente según el área geográfica. En algunos puntos, como en Valencia, Asturias, Cantabria o el País Vasco, se cantan en orfeones y corales, mientras que en Catalunya se cantan en grupos reducidos.

En Catalunya las habaneras eran cantadas por las corales obreras, los coros de Clavé, y también por los pescadores en las barracas y tabernas de los pueblos de la costa. Las corales eran agrupaciones numerosas, mientras que los pescadores y la gente de mar cantaban en grupos pequeños sólo con una guitarra o, incluso, sin ningún tipo de instrumento musical.

La recuperación de las habaneras

En los años cuarenta o cincuenta la costumbre de cantar habaneras decayó mucho hasta que se publicaron dos libros con la intención de que estas canciones no se perdieran. El primero fue el Álbum de Habaneras en 1948 y el segundo Calella de Palafrugell y las habaneras en 1966. A partir de entonces la habanera pasó de la taberna en el escenario.